Llegará un día en el que regatearé mis propias indecencias,
que soportaré cada una de mis más absurdas incidencias,
que navegaré a mar abierto
que lo haré con poco orden y con menos concierto,
que instigaré en mi ánima revoluciones pacíficas,
llegará un día que te hablaré desde la curva del viento.
Lo haré con palabra delicada y vocablo apasionado,
lo rubricaré con abrazo dulce, firme, eterno e ilusionado,
te alzaré por encima de nubes rebeldes que nos impidan ver el sol
con la fuerza del huracán desmedido,
con el brillo del presumido girasol,
con el brillo del presumido girasol,
llegará el día que mis palabras estarán libres de tormento,
llegará el día que te hablaré desde la curva del viento.
Con garganta desgarrada si te he perdido,
con agradecida voz si me has perdonado,
con melancólica añoranza si me has olvidado,
con sílabas de lágrimas si hemos vencido,
te amaré hasta la extenuación, hasta mi postrer aliento,
llegará la noche que nuestras carnes, ansiosas de deseo,
se juntarán desde la curva del viento.
se juntarán desde la curva del viento.
BCN, 12 Enero 2011
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