...una vez, en un lugar, situado cerca de mucho y alejado de todo, los gobernantes cedieron el poder al Poema, dejaron gobernar al Verso...































martes, 10 de enero de 2012

ANTONIO VEGA YA TIENE SU PLAZUELA Y YO MI INCERTIDUMBRE











Con mis lágrimas de doble malta
mojo las calles que ni siquiera están colocadas,
abro crueles ventanales que me impiden escuchar
las voces revolucionarias de la noche,
y clavo mis rodillas ante un enemigo
que no demuestra el más mínimo signo de cansancio,
para en esta piadosa posición
mendigar migajas de certidumbre que rearmen mis alas.

Estamos tú y yo solos, frente a frente,
sin más armas que nuestras caras
sin más escudos que nuestras almas,
y te enfrento y cada día más te odio,
no me tienes piedad, no la busques en mí,
y así, en la noche que pueda celebrar mi victoria
tus aposentos arderán en desespero
teniendo que procurarse nuevo inquilino.

Hoy me has vencido, hoy me has vuelto a vencer,
pero no te fíes de tus repetidos éxitos
pues cuánto más triunfal te sientas,
más fuerza tendrá mi espada en el siguiente golpe
y más cercano me encontraré de mi certero ataque final,
no lo olvides,
sólo me has vuelto a vencer un día más,
pero esto no significa garantía de gloria.

Te recrearás en tus vanidades,
con regocijo, presumirás de tus victorias,
y yo, con la puerta entreabierta
vigilaré cada una de tus arrogancias
con la espada desenvainada
y las emociones rebozadas en coraje.
Tu clamorosa ventaja alimenta mis fuerzas,
tu exceso de confianza será mi triunfo.


Antonio Vega ya tiene dedicada una plazuela
y las calles mojadas lo vieron crecer,
las que transitan mis anárquicas suertes
hoy están anegadas y en ellas me ahogo,
pero desde el postrer suspiro,
aclaro mi mente y mi garganta y te grito:
MALDITA INCERTIDUMBRE,
ríe, ríe hoy que a mi costa aún puedes,
pues mañana, sin dudar, al alba te decapito.

El Fisioterapoeta.
BCN, 29 Marzo 2011 (2:33)


1 comentario:

Francisco dijo...

Quizás lo importante no sea ganar o perder sino poder afrontar cada batalla como si fuera la definitiva.

Y si finalmente desfalleces, recuerda que el ave fénix renace de sus cenizas.