...PORQUE TODOS DEBERÍAMOS TENER UN PALOMAR
DESDE EL QUE OBSERVAR
(HABITUALMENTE)
LA VIDA...
DESDE EL QUE OBSERVAR
(HABITUALMENTE)
LA VIDA...
Desde el palomar veo los adoquines de la calle mojados,
humedad en las fachadas,
paraguas que se abren, paraguas que se cierran,
vorágine urbana bajo la semilluvia.
Desde el palomar intrigo con mis emociones,
enviando mensajes codificados a las hadas que no andan lejos de aquí,
pues escucho con halagadora clarividencia
su seductor aleteo entremezclado con el olor de su polen.
Desde el palomar alzo el periscopio emocional
y recorro audaz, inalcanzables a la vista, azoteas del alma,
perdiéndome por el camino, dejando migajas de besos para no hacerlo,
dudando de la necesidad del regreso.
Desde el palomar observo Valhalla
y le digo a Broggi que me reserve sitio, pero sin prisa,
Odín sonríe desde su trono en Asgard
y guiñándome su vacío ojo, me envía cada noche la Gran Valkiria.
Desde mi palomar ni pinto ni canto,
desde mi palomar sólo escribo
a la noche, a las hadas, a qué se yo,
y siempre retorno, siempre, quizás demasiado, a mi palomar.
El Fisioterapoeta
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